Análisis – Dear me, I was…

Análisis

Cuando se anunció Dear me, I was…, un nuevo título de los creadores de Hotel Dusk y Another Code, no nos lo queríamos perder. Lo que encontramos fue algo que no esperábamos y es por eso que las expectativas pueden jugar una mala pasada. No quisimos indagar nada antes de jugarlo para disfrutarlo y no estar condicionados. Esperábamos quizá una experiencia con misterio o una trama más compleja, pero lo que nos recibió fue algo mucho más sutil.

Desde el inicio hasta los últimos días

Dear me, I was… es un juego narrativo en el cual la historia gira en torno a varios momentos significativos de la vida de la protagonista. Desde esos primeros recuerdos de infancia hasta la duro puede llegar ser adulto tanto por nuestras decisiones como por eventos inevitables. Por lo que vamos a experimentar con ella tanto momentos felices como otros no tanto.

Lo más llamativo de este título, y que lo hace accesible a más público, es que no hay texto alguno. Toda la historia se cuenta exclusivamente a través de escenas con breves momentos de animación y transiciones. Será nuestra tarea interpretar la historia y, dado que son hechos que pueden ocurrir en el día a día, es posible que os sintáis identificados con la historia.

Además, la experiencia es relativamente breve, ya que el juego no dura más de una hora. Esto lo convierte en una propuesta perfecta para quienes buscan una historia rápida. Y si queréis revivirla, desde el selector de capítulos podemos volver a jugar cualquier parte cuando queramos.

Sin embargo, aunque nos habría gustado, no ha terminado de convencernos. Quizás esperábamos más tras haber jugado a otros títulos de los creadores, o por haber jugado a otros juegos similares, la historia puede llegar a sentirse algo predecible. De hecho, en ciertos momentos. incluso parece que se insiste demasiado en que la protagonista no sea feliz.

Participación anecdótica

La jugabilidad de Dear me, I was… es algo anecdótica ya que, más allá de mover algunos objetos en ocasiones puntuales o simular que estamos comiendo, no hay nada más que hacer que ser un mero espectador. Para que os hagáis a la idea vais a tener más la sensación de que estáis viendo un cortometraje de animación. Para algunos esto puede que no sea un punto negativo pero si importante de mencionar para quienes busquéis una experiencia más dinámica o inmersiva.

Por ejemplo, si lo comparamos con otros juegos narrativos similares como When The Past Was Around o Florence, la diferencia es notable. En esos títulos, la jugabilidad no es solo un acompañamiento de la historia, sino que nos hace partícipe de ella. Esa interacción, aunque parezca una tontería, ayuda a transmitir la dureza y complejidad de las vivencias de los personajes.

El arte minimalista que cuenta la historia

El apartado artístico de Dear me, I was… destaca por su estilo minimalista y expresivo tan característico que lo hace diferente y que definió a los títulos del extinto estudio Cing. En esta ocasión, el juego emplea la técnica de rotoscopia, lo que aporta una fluidez y naturalidad a las animaciones. Además, el color también juega papel importante en la narrativa. Los tonos cálidos y fríos se alternan para marcar los momentos de felicidad, tristeza. Todo esto lo hace un apartado de 10 junto a la música, compuesta por Nobuyoshi Sano. Juega un papel fundamental en esta experiencia ya que ayuda en todo momento a sumergirnos en la historia y que podamos reforzar las sensaciones y emociones del juego.

Las expectativas

Dear me, I was… es una experiencia íntima y visualmente cuidada, pero puede dejar con ganas de más a quienes esperaban una historia con mayor profundidad o interacción. Las expectativas, como bien se menciona, pueden cambiar radicalmente cómo percibimos un juego, y en este caso, jugar sin saber demasiado puede ser tanto una ventaja como una fuente de decepción.

De todas formas es un título que os recomendamos 100% que experimentéis y que podáis juzgar por vosotros mismo. A nivel de ejecución, y sobre todo artísticamente, es excepcional. Esperamos que el estudio se anime a traernos una nueva versión de Hotel Dusk, como ya hicieron con Another Code, o incluso que volvieran a seguir el quizás poco conocido Chase: Cold Case Investigations ~Distant Memories~, título que fue desarrollado por el mismo equipo bajo Art System Works y ofrecía una narrativa más elaborada y una jugabilidad más activa.