Este 2025 hemos contado con dos títulos bajo la dirección creativa de Kazutaka Kodaka, reconocido por la saga Danganronpa. El primero fue The Hundred Line: Last Defense Academy, desarrollado por Too Kyo Games y Media.Vision Inc y el cual os contamos qué nos pareció aquí. Y ahora, el pasado septiembre, llegó Shuten Order a Steam y Nintendo Switch. Una novela visual desarrollada por Neilo Inc. que apuesta por una narrativa intrigante y que no quiere quedarse solo en una novela visual.
La amnesia ataca de nuevo
La historia de Shuten Order comienza de manera abrupta, con muchas imágenes que al principio resultan confusas, pero que cobran sentido conforme avanzamos y conocemos los acontecimientos. Tras ellas veremos como, el personaje principal de esta historia, despierta en una habitación de hotel sin tener recuerdos ninguno. Pero, unos ángeles que irrumpen sin permiso en la habitación, nos aclararán un poco las cosas aunque no demasiado.
Estos ángeles nos revelan que hemos muerto, pero que gracias a «Dios» se nos ha concedido una oportunidad para regresar a la vida. Nuestra muerte fue prematura y, para resucitar, debemos encontrar a nuestro asesino; si logramos que confiese y lo eliminamos, recuperaremos nuestra vida. A lo largo de esta misión, Dios nos asistirá otorgándonos distintos «poderes» para cumplir nuestro objetivo. Aun así, ¿de verdad vamos a conseguir que alguien confiese?
Es difícil profundizar más en este análisis sin revelar detalles clave de la trama, aunque sin duda hay mucho por comentar. No obstante, es importante destacar un aspecto que afecta directamente a la jugabilidad. Pertenecemos a un grupo llamado Shuten Order, una especie de «secta» sobre la cual conocemos muy poco (al menos al inicio). Este grupo está compuesto principalmente por el fundador y cinco ministros, de los cuales uno está implicado en nuestra muerte. Y, para hacerlo aún más interesante, solo disponemos de tiempo limitado para descubrir quién es el culpable, o de lo contrario perderemos para siempre nuestra oportunidad.
A lo largo de unas 40 horas de juego, la historia se mantiene interesante y sorprende con giros poco esperados, lo que refuerza su principal atractivo. E incluso, al llegar al capítulo final, se nos da la opción de elegir entre dos desenlaces, lo que aporta variedad a la experiencia. Sin embargo, también lo consideramos un punto negativo dado que para acceder al final alternativo, será necesario repetir varias horas de juego. Ya que, a pesar de que podemos guardar en cualquier momento, en ese tramo, el guardado manual se desactiva.
¿Qué genero te apetece hoy?
Shuten Order no se conforma con ser una novela visual más. Aquí no solo leemos: jugamos, decidimos, sobrevivimos… y sospechamos. Uno de los cinco ministros del grupo Shuten Order es nuestro asesino, y para descubrirlo, el juego nos lanza cinco rutas completamente distintas, cada una con su propia mecánica y estilo narrativo. Todas ellas comparte que hay un «problema» o «misterio por descubrir» mientras a la vez intentamos ahondar que pasó con nosotros.
La ruta del Ministro de Justicia nos lanza directamente a una investigación al estilo Danganronpa, donde cada conversación puede esconder una pista y cada prueba puede arrojar la verdad que buscamos. Es una experiencia detectivesca que exige atención y lógica. Si nos vamos a la ruta del Ministro de Salud tendremos que seguir vivimos en un juego mortal en primera persona, con movimientos al estilo de un dungeon crawler. Aquí la supervivencia depende de resolver puzles, esquivar trampas y entender quién está detrás de este experimento macabro.
La propuesta del Ministro de Ciencia baja el ritmo y nos invita a una aventura de texto basada en decisiones. Puede parecer más pausada, incluso monótona si se juega de forma continua, pero esconde detalles narrativos que enriquecen el conjunto. Por otro lado, la Ministra de Educación nos mete de lleno en un simulador de citas. Aquí no solo se trata de conquistar a tres chicas, sino también de mantener el equilibrio emocional entre ellas. Saber la verdad y descuidar las relaciones es algo que hay que hacer con cuidado.
Finalmente, la Ministra de Seguridad nos enfrenta a un survival horror pero digamos que una versión light del género. Aunque puede resultar frustrante al principio especialmente para quienes no disfrutan del género. Pero, una vez dominadas las mecánicas, la experiencia se vuelve más accesible. La IA del ser que nos sigue, al menos al momento de hacer el análisis, no es muy inteligente. Nuestra jugabilidad consistirá en mirar los mapas, cumplir los objetivos, buscar pistas, escondernos del ser que nos quiere matar, y descubrir la verdad (poca cosa…).
Eso sí, en cualquiera de estas rutas, morir no tiene consecuencias reales. No afecta a los logros ni a la historia. Basta con reintentar y continuar como si nada hubiera pasado. Además, salvo en momentos muy concretos, podemos guardar la partida en cualquier momento, lo que facilita mucho la exploración de cada ruta sin miedo a perder el progreso.
Y si nos equivocamos o cargamos una partida anterior, el juego nos lo pone fácil: contamos con un botón para avanzar rápidamente por el texto ya leído, o acceder al típico historial de diálogos para repasar lo ocurrido. Una ayuda más que bienvenida en una historia donde cada detalle puede marcar la diferencia.
Todo esto, claro, tiene su cara buena y su cara menos brillante. Por un lado, la variedad de géneros evita que el juego caiga en la monotonía típica de muchas novelas visuales. Cada ruta ofrece una experiencia distinta que unido a la trama nos deja con preguntar sobre que vendrá después y que relaciones hay. Pero por otro, esa misma ambición juega en contra. Al no profundizar del todo en cada género, algunas mecánicas se sienten menos pulidas o superficiales, por lo que hay rutas que brillan y otras que se quedan a medio camino.
Todo es muy colorido
Solo con echar un vistazo tanto al apartado visual como sonoro es fácil que nos recuerde a algunas de las obras de Kazutaka Kodaka. En esta ocasión Shuten Order, es bastante particular ya que cada ruta adapta su interfaz al género que representa, lo que aporta coherencia y variedad a la experiencia. Esto, como ya comentamos en la jugabilidad, nos permite tener diseño tan dispares como vistas en primera persona con temática algo escabrosa a tener fondos estáticos, coloridos y felices de un simuladores de citas clásicos.
Se nota el esfuerzo por cuidar este apartado, especialmente en los retratos de los personajes, que presentan un nivel de detalle notable y expresiones que varían según el contexto. Sin embargo, no todo mantiene el mismo nivel, ya que podemos encontrarnos escenas (que se repiten) como el taxi que se va donde las ruedas ni siquiera se mueven.
La banda sonora cumple su función sin destacar especialmente, pero encaja con naturalidad en la atmósfera del juego. Donde sí se nota un esfuerzo más marcado es en los efectos de sonido, que resultan muy característicos. Un ejemplo claro es el sonido que acompaña al uso del «poder de dios». Tanto su diseño como ejecución son tan característicos que difícilmente se olvidan.
Por último, cabe señalar que el juego no ha sido localizado al español, por lo que una vez más toca conformarse con el inglés. Afortunadamente, los textos se entienden con relativa facilidad, salvo en momentos puntuales. Y, para ayudarnos en la inmersión, Shuten Order se encuentra completamente doblado (aunque no podemos elegir varios idiomas). También nos habría gustado que añadiesen elementos extras típicos como poder escuchar la banda sonora o incluso ver concept arts del juego.