Han pasado más de treinta años desde la última gran aventura de Simon The Sorcerer, aquel aprendiz de mago que nos acompañó durante la época de los 90. Ahora, gracias al estudio italiano Smallthing Studios, volvemos a disfrutar de una nueva aventura con Simon The Sorcerer Origins en PlayStation 5, PlayStation 4, Nintendo Switch, Xbox Series X|S y PC. Se trata de una precuela que busca contarnos cómo comenzó todo y cómo Simon llegó a convertirse en el hechicero que conocíamos.
Una puerta al otro lado
En un mundo donde la magia está por todas partes, un hechicero, cansado de ser menospreciado por sus colegas, cree que por fin ha llegado su momento para cambiar las cosas. Sin embargo, del otro lado, en el mundo humano, un chico rebelde llamado Simon está a punto de complicar sus planes sin saberlo.
La historia empieza justo cuando Simon se muda a un nuevo hogar, y como suele pasar con las mudanzas, no suelen ser para nada divertidas aunque sirve para descubrir cosas. Pero, lo que parecía un cambio más en su vida, se convierte en algo más grande cuando, tras una serie de sucesos extraños, termina atrapado en un reino mágico lleno de criaturas extrañas y hechizos. Perdido, pero sin perder nunca el humor, Simon tendrá que encontrar la manera de volver a casa.
A lo largo de las 7 horas que nos ha llevado completar Simon The Sorcerer Origins hemos podido comprobar que mantiene el espíritu humorístico y sarcástico que caracteriza la saga. De hecho, la mayor parte del tiempo veremos como Simon rompe la cuarta pared y hace comentarios al jugador o incluso mira a la cámara. Sin embargo, aunque hemos disfrutado mucho de esta precuela, nos ha sabido a poco, en especial porque nos hubiera gustado conocer mejor a algunos personajes. Por ejemplo, apenas sabemos nada de Calypso más allá de que tiene una nieta (que sale en juegos posteriores).
Aventura gráfica a la vieja usanza
Simon the Sorcerer Origins mantiene intacta la esencia tradicional de las aventuras gráficas: explorar, observar, combinar objetos y poner a prueba la lógica del jugador. En el fondo, sigue siendo un point & click en toda regla, pero introduce mejoras que hacen la experiencia más fluida y cómoda. Una de las más destacables es la posibilidad de jugar con mando, algo que sorprende por lo natural que se siente. La respuesta de los controles es precisa y permite disfrutar de la historia desde el sofá sin perder agilidad ni control. Otra novedad es la incorporación de un mapa que permite teletransportarnos entre las tres localizaciones principales. Esto agiliza la exploración y evita que perdamos tiempo recorriendo escenarios ya conocidos.
Los puzles, que son el corazón de este tipo de juegos, han tenido por lo general soluciones lógicas y bien pensadas. Es cierto que no va a ser un paseo y que nos obliga a pensar, prestar atención a los detalles y a asumir que quedarse atascado forma parte del encanto del género. De hecho lo mejor es esa satisfacción cuando por fin das con la combinación correcta. Además, a diferencia de la saga original y de otras aventuras, aquí casi nunca encontraremos objetos inútiles. Tarde o temprano, cada uno acabará teniendo su propósito en algún capítulo.
No solamente vamos a tener que usar objetos ya que recordemos que estamos ante un aprendiz de mago, así que también dispondremos de hechizos. Esto amplían nuestras opciones para resolver situaciones a los que hay que sumarle la existencia de unos sombreros mágicos. Estos modifican el comportamiento de ciertos objetos del inventario, lo que añade un toque de variedad a los puzles. Sin embargo, creemos que esta última mecánica no se ha aprovechado del todo, ya que apenas se usa a lo largo de la aventura.
Aun así, pese al buen equilibrio general, Simon the Sorcerer Origins presenta algunos altibajos. En la mayoría de las ocasiones en que nos hemos quedado atascados fue porque no recibíamos ningún tipo de feedback ni pista sobre qué hacer a continuación. Es cierto que el protagonista cuenta con un diario donde se enumeran los objetivos principales, pero en la práctica no resulta útil. Además, cuando Simon explora el entorno, rara vez nos ofrecen indicios de que lo que estamos inspeccionando pueda servir en un futuro. En otras palabras, acabaremos revisitando escenarios y probando combinaciones absurdas hasta dar con la solución. Sin entrar en spoilers, jamás olvidaremos los dos días que pasamos atascados en un puzle específico del capítulo 9.
De manera personal, aunque no es algo común en el género, nos habría gustado que el juego incluyera algún incentivo para fomentar la rejugabilidad más allá de obtener todos los trofeos o logros. Por ejemplo, algo que nos agradó del último Monkey Island fue la posibilidad de elegir la dificultad de los puzles y que tenía más de un final para conseguir. Aun así hemos tenido experiencia satisfactoria y creo que no va a ser una decepción ni para los que crecieron con el género como para quienes se acercan a él por primera vez.
Del pixel al 2D
Visualmente, Simon the Sorcerer Origins apuesta por una estética dibujada a mano con escenarios llenos de color y personalidad. El estudio ha buscado rendir homenaje al título original recreando algunos de sus lugares más emblemáticos. Por ejemplo, la taberna recuerda claramente a la del primer juego y también hay un pantano que resultará familiar a los veteranos de la saga. Solo hay que prestar atención a los detalles para ver el cariño que le han puesto y los pequeños detalles. Aún así, tras ver los primeros capítulos y su progresión, tenemos la sensación de que el proyecto se ha quedado un poco a medio camino. Al observar el mapa y sus escenarios, da la impresión de que originalmente se planearon más localizaciones de las que finalmente se incluyeron. Tal vez por limitaciones de tiempo o presupuesto.
A nivel de rendimiento, Simon the Sorcerer Origins funciona bastante bien en PlayStation 5. Las cargas son rápidas y no hemos tenido en ningún momento bajada de frames. Hay que destacar que incluso hay bastantes animaciones y detalles. Por ejemplo, si movemos a Simon sobre si mismo conseguiremos que vomite, o cuando está andando por el escenario podemos ver como Simon mira hacia su alrededor. Sin embargo, todavía hay algunos pequeños bugs que pueden interrumpir una partida y es que hemos roto el juego en varias ocasiones.
Una de ellas fue por elegir demasiado rápido las opciones de diálogo con un mago y se nos quedó lo último que dijo Simon presente en la pantalla. Probando a cambiar de zona no se solucionaba y tuvimos que recurrir a recargar un autoguardado que teníamos reciente sin sufrir demasiado la pérdida de progreso. El que si nos fastidió un poco mas fue cuando intentamos recrear la melodía principal con un silbato mágico. Tras hacerlo Simon se quedó congelado y ni se movía ni podíamos abrir el menú ni el mapa. A nivel completista traigo de momento malas noticias y es que en PlayStation 5 hay uno bugueado por lo que no podréis sacar el platino. Son detalles que no llegan a empañar del todo la experiencia, pues aun tienen solución y se pueden corregir con un futuro parche.
En el apartado sonoro, Simon the Sorcerer Origins se encuentra completamente doblado y, en líneas generales, el resultado nos ha gustado bastante. Quizás la voz de Simon sea la que menos y habríamos preferido contar con el doblador original, pero otros personajes tienen interpretaciones muy acertadas y aportan mucha personalidad a la aventura. En cuanto a la banda sonora, no presenta demasiada variedad e incluso han recurrido a algunas canciones conocidas, como Together Forever. Eso sí, es fácil acabar tarareando su tema principal.





