Solo con la descripción y las imágenes de la tienda de Steam se puede ver que Love Choice es un «juego de llorar». En esta página encontraremos dos trailers con música cuidadosamente compuesta para preparar las lágrimas, una serie de imágenes que nos dejan intuir las situaciones por las que pasaremos (eso sí, en dos de las tres historias), y la sensación de que podemos hacer que esos episodios acaben bien para sus protagonistas.
Pero lo que intentará Love Choice es algo distinto a lo que podríamos esperar, especialmente si hemos jugado a otros títulos como Florence (2018) o To the Moon (2011). Porque a simple vista parece que estamos ante una visual novel relativamente directa, pero si observamos un poco, o si completamos alguno de sus escenarios sin prestar mucha atención, nos daremos cuenta de que hemos caído en su trampa.
Love Choice no quiere hacernos llorar con lo que hacemos en el juego, porque sabe que es mucho más probable que las lágrimas vengan a nuestros ojos al pasar por sus historias y quizás comprender por primera vez. O tal vez recordar, cosas que podríamos haber hecho de otro modo en nuestra vida, aprovechándose de nuestro propio proceso de aprendizaje como personas para ser mejores para con los demás y nosotros mismos, y de nuestra capacidad de entender que no todo depende de nosotros.
Es una experiencia corta, que nos debería durar apenas hora y media para terminar todos los escenarios un par de veces, y que solo se me ocurre que le pueda disgustar a aquellas personas que tienen la cabeza metida en sitios inapropiadamente estrechos para algo de ese tamaño. Solo os pido que, por favor, no seáis esa persona.