Muchas veces, a uno le apetece hacer de arqueólogo digital y remontarse a sistemas más antiguos que uno mismo de la tercera generación de consolas (tampoco hay que sufrir de más) para comprobar qué estaba pasando por entonces. De estas, en algunas se intenta buscar en lugares remotos, en juegos que no salieron del país del sol naciente. Solo de vez en cuando, con mucha suerte, se lanza uno a un juego del que no ha oído hablar jamás pero lo único que ha encontrado es una traducción no profesional, cuatro capturas de pantalla, y el nombre HAL Laboratory como desarrollador. Y luego, viene aquí para hablar sobre Metal Slader Glory.
La verdad es que los únicos motivos por los que he jugado a esto son: porque estaba ahí y parecía raro. No todos los días pasa que, de casualidad, encuentras un juego con varias características que te dicen “¿seguro que no me quieres probar?”, y los años me han enseñado a que hay que hacerle caso a esas corazonadas. En este caso, tampoco tenía demasiado claro si iba a salir del todo bien, pero quien soy yo para decirle que no al estudio de San Iwata.
Vamos un poco al lío, aunque tampoco hay demasiado que contar: Metal Slader Glory es algo que es totalmente normal que nunca llegara a Occidente. Nos encontramos con una visual novel con estética bastante anime que además se recrea en pantallas muy estáticas de transición entre escenas, con bastante texto para la duración que tiene (sobre todo si no os gusta acelerar la velocidad de emulación – no nos engañemos, no hay otra forma de jugar a esto en un idioma que no sea el japonés). No tiene nada fuera de lo normal salvo ser una visual novel de NES, que ya de por sí es algo relativamente fuera de lo normal.
¿Por qué deberíais jugarlo? Sinceramente, quizás no “deberíais”. No lo vais a pasar mal si os gustan las visual novels, tiene una historia de misterio interesante y bien hilada, aunque es totalmente lineal a pesar de que en un par de ocasiones da la impresión de que podría haber alternativas (no las hay salvo en un par de ocasiones que nos llevan a una pantalla de game over), pero salvo que tengáis curiosidad por las rarezas de este tipo, no le encuentro mayor interés. Eso sí, teniendo en cuenta que es posible terminarla en 5 horas, como novela corta puede pasar perfectamente, ya que por lo general el ritmo está bien y salvo un puñado pequeño de ocasiones en las que los diálogos nos ofrecen algunas bromas muy pasadas de moda, por lo general es agradable de jugar.
También os puedo decir que no encuentro motivos para no jugarla si os interesan las historias de misterio con robots y naves espaciales, así que si por casualidades de la vida este fuera vuestro caso, igual tenéis que olvidar todo lo que os he dicho.