Análisis – Disgaea 7: Vows of the virtueless

Análisis
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Vamos con un poco de retraso, pero os traemos hoy el análisis de la última entrega de esta saga de Nippon Ichi Software, Disgaea 7: Vows of the virtueless, lanzada para Nintendo Switch, PlayStation 4, PlayStation 5 y Microsoft Windows a través de Steam el pasado 3 de octubre de 2023.

¿Qué es Disgaea?

Por si acaso os encontráis con este texto sin saber nada de la saga Disgaea, se trata de una serie de RPGs tácticos, con combate por turnos. La jugabilidad de estas entregas se caracteriza por tener una escalada de estadísticas y números en pantalla cada vez más exagerada. En cuanto a la trama siempre parte de un tono de comedia siguiendo a un elenco cada vez más numeroso de personajes a lo largo de la misión u objetivo de uno de ellos. Todo esto lo hace mientras muestra escenas estáticas entre los niveles de combate (como si fuera una novela visual).

Evidentemente la séptima entrega numerada tampoco cambia la estructura básica, pero como siempre (o casi siempre) las entregas añaden mejoras de calidad de vida y formas adicionales de mejorar tanto al grupo como los objetos de nuestro inventario. En primer lugar, un pequeño disclaimer: desde el lanzamiento de Disgaea 5 Complete para Nintendo Switch solo hemos fallado en analizar Disgaea 6, por una serie de desafortunados problemas, por lo que os pedimos disculpas si alguna de las comparaciones no son del todo precisas, ya que lo conocemos solo por referencia (nuestra investigación llega hasta donde llega). Y ahora… ¡vamos allá con el texto!

Sin «miedo» a equivocarnos

En Disgaea, la forma principal de desarrollar los combates pasa por desplegar las unidades desde la casilla de inicio, nuestra base, y desde ahí podemos mover los personajes o lanzarlos a otras casillas. Queda a nuestra elección el mover a uno o una torre completa con varios miembros de nuestro equipo. Tras esto tenemos que elegir las acciones que queremos que las unidades lleven a cabo, y que completarán cuando demos la orden de ejecutar.

Pues bien, en Disgaea 7: Vows of the virtueless es posible deshacer todas las opciones de movimiento de un personaje hasta que ataca o hasta que otra unidad ocupa su casilla inicial (siempre que no la movamos). Cuando decimos todas son todas: hasta los lanzamientos se pueden revertir, cosa que en algunas entregas anteriores no ocurría. Esto nos permite buscar formas más creativas para finalizar las misiones sin miedo a dejar una unidad expuesta por no haber calculado bien las distancias (lo cual ocurre más de lo que debería cuando juegas a toda prisa para no estar un mes analizando un juego, por ejemplo).

Regresos y nuevas mejoras

Como decíamos, en esta entrega las mejoras se notan, sobre todo, en los detallitos de calidad de vida que se desbloquean a medida que avanzamos en la historia. En casi todas las facetas vamos a encontrar alguna opción que nos permite mejorar en algún apartado sin tener que recurrir a volver a jugar niveles o entrar en el Item World. Como es el caso de Juice Bar, una funcionalidad que introdujeron en Disgaea 6: Defiance of Destiny, que nos permite acumular experiencia, maná y otras estadísticas que podremos asignar a cualquier personaje.

También hay otras opciones, como la de crear una patrulla a la que asignaremos objetos para que explore el Item World de forma automática, mientras hacemos otras cosas. Esta patrulla volverá también con objetos, igual que lo haríamos si jugamos manualmente aunque con un rendimiento un poco peor. Como mejora, para que nos podamos centrar en otras cosas, se agradece y bastante.

Volviendo a cosas que hacer que no son las propias batallas, los pelotones (squads) han sido renovados en esta entrega, y podemos acceder a ellos desde mucho antes. Son grupos a los que asignamos personajes, y nos otorgan mejoras en prácticamente todas las facetas del juego. Algunas son especialmente útiles para ayudarnos a seguir desbloqueando opciones u otros pelotones, como el que permite que todos los miembros del pelotón adquieran el maná que recibe el líder. Otros mejoran otros apartados, como la que mejora las estadísticas de jumbification.

Es una de las nuevas funciones en la batalla que permiten que uno de nuestros personajes se convierta en una versión kaiju de si mismo, con lo que podrá realizar ataques en área y ofrecer algunas bonificaciones, como aumentar el daño en los ataques por la espalda. Algunos enemigos también pueden usar esta función, por lo que todo el marco japonés que envuelve la historia le viene que ni pintado para estas batallas de kaijus cabezones.

Vuelven los diseños cabezones

Cabezones porque vuelven los diseños de personajes en el mismo estilo que usaba Disgaea 6. Y, aunque personalmente prefiero los sprites animados de las anteriores entregas, es cierto que los nuevos diseños no desentonan en absoluto. Parece que esta decisión ha ocasionado que para la versión de Nintendo Switch, de Disgaea 7: Vows of the virtueless, se necesite introducir un selector para las opciones gráficas, que nos permite priorizar el rendimiento o los gráficos.

Mucho me temo que el sacrificio gráfico que se requiere, para que el juego funcione a 60 fotogramas por segundo en la híbrida de Nintendo, es demasiado apreciable como para que compense la introducción de los modelados 3D. Digamos que no he usado demasiado el modo que prioriza los gráficos porque la verdad, para esta consola parece que es un infierno mover este juego de forma fluida en el modo de máxima calidad visual.

Y hablando de infiernos, una de las nuevas habilidades que podemos usar en esta entrega es el Hell Mode (sí, es la peor enlazada de la historia, probablemente, pero no tenía otra forma para volver a hablar del combate sin reestructurar todo el texto). Son como una especie de habilidades definitivas de los personajes principales que requiere que tengamos su medidor correspondiente cargado.

Podremos activar este modo por unos turnos o hasta que liberemos la técnica definitiva del personaje. Evidentemente la gracia de la mecánica está en que cada uno nos permite conseguir unos efectos concretos. Por ejemplo, conseguiremos una habilidad que podrá atacar en línea recta literalmente desde la otra punta del mapa, golpeando a todo lo que haya en esa trayectoria, con lo que para los niveles cuyo objetivo es acabar solo con una unidad en concreto puede agilizar mucho el combate.

En cuanto a estos combates, si habéis jugado a alguna entrega anterior sabréis (y si no, pues ya os lo digo yo ahora) que normalmente al finalizar las misiones el juego nos otorgaba una serie de puntos por nuestro rendimiento. Y gracias a estos se nos asignaban unas recompensas. Pues bien, este sistema se ha renovado por completo para esta entrega, ofreciéndonos 5 objetivos por misión, con diferentes niveles de recompensa para cada uno de ellos.

Los objetivos son simples, del estilo de completar el escenario en menos de X turnos, de ganar utilizando solo un tipo específico de unidades, no realizar lanzamientos, etc. Es, en cierto modo, menos aleatorio y más sencillo obtener las mejores recompensas al final del mapa, además de recibir en todo caso la experiencia y el maná que van directamente al Juice Bar para repartirla con los demás personajes.

Ajustes en los combates automáticos

Aunque el punto que más destaca es un cambio en relación con los combates automáticos, introducidos en Disgaea 6. Aunque como decíamos no lo analizamos, uno de los problemas principales de aquel juego era que no merecía la pena jugarlo manualmente: la inteligencia artificial del modo de los combates automáticos era tan alta que lo más eficiente para progresar era, simplemente, activar el  modo automático y ver como nuestras unidades superaban los niveles sin mayor problema.

En Disgaea 7: Vows of the virtueless se ha tomado nota y se han introducido dos limitaciones: ya no es posible usar esta función antes de superar una fase (por lo que ahora nos obliga a jugar como es debido los niveles de la historia), y se ha introducido un recurso llamado poltergas que alimenta el sistema de batallas automáticas. Cada turno del combate gastará una unidad y si queremos más tendremos que jugar de forma manual. Esto hace que no podamos abusar del sistema automático para subir niveles a lo loco hasta bien avanzado el juego. Realizar cambios en este aspecto era casi necesario para no estropear todo el diseño de niveles y dedicar el modo automático solo para agilizar la obtención de experiencia o maná.

Resumen

Es muy complicado hablar de Disgaea 7 ignorando toda la saga que lleva a sus espaldas. Esta nueva entrega no puede dejar más claro qué es y qué quiere ser: es un Disgaea, y es la séptima renovación de la fórmula. Un juego que ha corregido algunos de los errores de la sexta entrega que la convertían en algo menos disfrutable, un juego con la misma historia con personajes descacharrantes pero con su puntito de serios, un juego donde veremos crecer hasta límites absurdos todos los números, incluido el contador de horas si queremos desbloquearlo todo y superar todos los objetivos secundarios, pero sobre todo un juego que sabe qué teclas tocar para que no queramos apartarnos de él y vayamos siempre a por la siguiente mejora. Igual que la propia saga en cada entrega, con mayor o menor fortuna. En este caso, es el 7 de la suerte.
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