Tras ocho años desde su lanzamiento original en Nintendo 3DS, Marvelous junto a XSEED Games han decidido traer de vuelta esta saga con una versión remasterizada de Rune Factory 4 disponible en Nintendo Switch desde este 25 de febrero.
El juego empieza con el/la protagonista viajando en una aeronave de vuelta a Selphia, llevando consigo el orbe del dragón divino Ventuswill. Cuando ya quedaba poco para llegar, unos soldados salen de su escondite para intentar hacerse con el orbe. En medio del caos generado, nuestro protagonista será golpeado en la cabeza, causándole una terrible amnesia. Pensando que todo era una excusa para no identificar la localización del orbe, el soldado fanfarrón amenaza a la tripulación con lanzarlos por la borda, mientras que el soldado idiota empieza a ejecutar la falsa orden con nuestro héroe. Gracias al destino, caeremos justo encima de nuestro objetivo, Ventuswill, que hará lo posible por ayudarnos a recordar nuestra memoria… mientras trabajemos duro en hacer prosperar la ciudad de Selphia.
Y aunque el inicio de la historia no pueda estar más llena de clichés y recursos que hemos visto cientos de veces en otros videojuegos y series de animación, no pueden evitar sacarme una sonrisa y asombrarme como rápidamente cambia a una trama más característica. Introducir a un personaje débil a trabajar con un dragón divino suena poco creíble, pero si caemos de culo en su cara es más creíble que tengamos cierta conexión… ¿verdad? Obviamente, Ventuswill tiene sus motivos para confiar en un total desconocido, y la trama del juego profundiza en ello mientras conocemos más detalles del lore de Rune Factory.
Uno de los primeros acontecimientos del juego nos obligará a pretender ser parte de la realeza. Pero en Selphia, incluso la realeza tiene que ensuciarse las manos. Los ciudadanos de la ciudad nos pedirán constantemente realizar tareas de diversa índole como plantar verduras o flores en nuestra granjita, preparar platos de comida, medicinas, mejorar nuestra amistad con nuestros plebeyos, ir de aventuras en busca de objetos raros o derrotar a monstruos que aterrorizan a la población.
A medida que vayamos realizando estas misiones iremos desbloqueando conversaciones que nos permitirá profundizar en la personalidad de nuestros amigos, a la vez que nos ayudará a desbloquear mejores herramientas, mecánicas, y eventos especiales (¡con sus minijuegos únicos!) que mejorarán todavía más nuestra amistad con los vecinos, y… quien sabe… casarnos con alguno de ellos y tener una vida como marido y mujer. Aunque el progreso en la historia principal parece que es independiente de todas estas mejoras, vas a tener que progresar en estas misiones secundarias para las mejoras en armas, objetos de cura y equipamiento que ofrece.
La diversidad en las mecánicas que tiene el juego es, por lo tanto, elevado. Más allá de las mecánicas básicas que todo Action RPG debe tener, puedes esperar tener que limpiar la granja (que se llena constantemente de la mierda que dejan los habitantes), labrar la tierra, plantar semillas, regar cada día y rezar para que haga sol y salga una buena recolecta. Pero para cocinar tenemos otros tantos utensilios que tendremos que dominar, y recetas que aprender y experimentar.
Una de mis mecánicas favoritas es la de domesticar animales y monstruos. Cada enemigo tiene una serie de objetos que, al dárselos antes de iniciar un combate, puede iniciar una bonita amistas entre los dos. El enemigo pasará automáticamente a formar parte de nuestro equipo y luchará junto a nosotros, pudiendo llevar hasta 2 compañeros en batalla. Eso sí, tendremos que ir dándole comida y cepillando su suave pelo para mantener la amistad y que siga luchando con nosotros. Aunque no llega a una profundidad como la que ofrecen juegos como Pokémon, es un pequeño añadido gracioso que añade una capa más de jugabilidad.
Desgraciadamente, aquí empezamos a notar las limitaciones de la Nintendo 3DS. El juego se nota ortopédico. Navegar por los menús se hace difícil y pesado. Sacar el objeto que tenemos que darle al enemigo para hacerlo amigo, cambiar al arma para atacar al resto de enemigos, cambiar a la maza para picar minerales de la zona y recoger los objetos… nos llevará a navegar varias veces entre 2 y 3 menús que no son para nada amigables a la vista y a su uso.
Las mejoras gráficas que trae esta remasterización, y las escenas adicionales que se han incluido tras mejorar al máximo la relación con los habitantes, no son suficientes para traer el juego al mercado actual. Con Stardew Valley siendo un claro ganador en el género de conquistar con tus dotes en la recolección de nabos, me pregunto a qué tipo de jugadores podría recomendar Rune Factory 4. Y, aunque este era uno de los mayores reclamos cuando salió el juego original, Rune Factory necesita su espacio fuera del género y atraer a los fans de los Action RPG. En este aspecto, el juego empieza siendo bastante sencillo, con una progresión bastante acelerada en las mecánicas de los bosses que requiere aprender sus ataques y patrones para poder avanzar. Estoy seguro de que usando la nueva dificultad extrema puede ser una experiencia atractiva en el género.