Aunque más conocido por los juegos online, el mercado chino también dispone de RPGs de un estilo más tradicional que en raras ocasiones llega al mercado occidental. Tras más de tres años de espera, los jugadores de PlayStation 4 hemos podido disfrutar de una traducción oficial al inglés de Sword and Fairy 6.
La leyenda dice que, junto al nacimiento del antiguo dios Shennong, nueve fuentes inagotables de poder y conocimiento fueron creadas en nuestro planeta. Aunque estas fuentes convivieron durante muchos años con las diferentes razas que habitaban el planeta, los humanos, dioses y bestias acabaron anhelando el poder que estas les ofrecían y empezaron una lucha por el control del planeta. Shennong, en un intento de evitar futuras peleas, selló estos poderes en objetos que escondió en los diferentes reinos.
El juego empieza miles de años después de los acontecimientos de la guerra entre las tres razas, en un mundo habitado por los humanos donde muchos ya no creen en la leyenda de Shennong ni en la existencia de la fuente de poder ilimitado. Yue Jinzhao y Yue Qi, dos viajeros en busca de algo que han perdido, colaborarán con Luo Zhaoyan para acabar con un culto que amenaza la tranquilidad de la ciudad y del gremio de mercaderes.
Empezar a jugar Sword and Fairy 6 es complicado. Tras varios minutos de cinemáticas que te introduce el contexto de Shennong, el juego pasa directamente a narrarse en el mundo humano sin un enlace claro con la mitología que te acaban de explicar. Confuso y aturdido, el jugador debe hacer un acto de fe en el estudio y continuar jugando con la esperanza que en algún momento la cosa mejore. Pero contrario a lo que uno podría esperar tras un principio tan malo, el desarrollo de la historia cumple. Miles y miles de cinemáticas y diálogos interminables dejan entrever un excelente desarrollo de personajes, de sus respectivos gremios, y descubrir objetivos ocultos en la búsqueda de poder.
Es como jugar a Final Fantasy XIII, 6 años después
Es innegable que Sword and Fairy 6 se ha inspirado en Final Fantasy XIII para diseñar las mecánicas del juego. Nos encontramos ante un RPG de mundo semi-abierto sin combates aleatorios. En todo momento podremos decidir si acercarnos a un monstruo a luchar, o evitar combates para avanzar más rápido en la historia. Sword and Fairy 6 se despunta un poco añadiendo habilidades de campo que serán necesarias para resolver puzles que tendremos que resolver para avanzar. Los mapas son bastante grandes, dejando lugar a la exploración y no solo seguir como una mula de carga. Pero, por norma general, no hay nada en estos mundos que nos obligue a explorar.
Durante el combate, controlaremos a un solo personaje mientras que el resto actuarán por su cuenta en función de la táctica escogida (a elección de la IA, ofensiva, defensiva, o centrada en la curación). Mientras esperamos a recibir una buena tanda de ataques, una barra de energía se llenará que podremos consumir para ejecutar hasta 6 ataques consecutivos. Como en Final Fantasy XIII, los ataques con más poder consumirán más barra de energía y reducirá el número de ataques consecutivos a realizar. Como no, la opción de auto-ataque también está presente, reduciendo nuestro esfuerzo mental durante el farmeo de niveles. Los enemigos se pueden agotar durante el combate, haciendo que nuestros ataques sean mucho más poderosos contra ellos durante un tiempo limitado. Focalizar todos nuestros ataques en un enemigo, y acertar en sus debilidades, hará que el agotamiento sea más común.
Desde el principio del juego tendremos disponibles muchas misiones secundarias que nos otorgarán nuevas excusas para subir de niveles, equipo, objetos decorativos, y mejorar nuestra reputación con los diferentes gremios del juego. Al mejorar nuestra reputación, obtendremos acceso a nuevos objetos que solo se pueden conseguir a través de los gremios. Aunque estas misiones secundarias no me han llamado la atención, es de agradecer que el jugador pueda imbuirse en el rico mundo de Sword and Fairy 6.
Aunque todo lo mencionado pueda sonar una mejoría frente a Final Fantasy XIII, su implementación deja mucho que desear. La interfaz es lenta y poco intuitiva, invitándote a activar el modo automático. Los nombres de los ataques y objetos son difíciles de relacionar con su efecto y la interfaz del combate no siempre te provee una descripción. De hecho, en mi partida, tuve que apuntar en un papel el nombre de los objetos curativos. Y, lo que es peor, la curva de dificultad no está bien balanceada. En el modo de dificultad normal, el juego requiere dedicar horas para entrenar los personajes. Incluso el primer combate del juego requiere varios minutos y objetos curativos para acabar.
Varios problemas técnicos y de localización
El juego presenta serios problemas técnicos que no deberían ocurrir con el tipo de gráficos que presenta. No solo la interfaz de los combates se presenta innecesariamente lentos, sino que el juego en sí va lento. Las bajadas de frames son muy habituales, llegando a los 10-20, incluso en escenas con pocos elementos a dibujar. Aunque los escenarios en Sword and Fairy 6 se ven decentes para los estándares actuales, sabemos que la PlayStation 4 puede llegar a ejecutar gráficos mucho más exigentes.
La localización también deja mucho que desear. Aunque las cinemáticas in-game parecen haber recibido una traducción decente, los vídeos introductorios han recibido un trato diferente. Algunas de las frases no parecen tener mucho sentido, y la velocidad en la que pasa el texto es, en ocasiones, muy alta. Quizás porque son frases mucho más cortas en el idioma original. La traducción de la interfaz, y en especial de los tutoriales, deja mucho que desear. En algunas ocasiones, como en la foto que aparece arriba, el texto da a entender lo contrario de lo que debería decir (esconder en lugar de mostrar). Parece sacado de un Google Translate que alguien ha pegado sin revisar el resultado final. De hecho, aunque sea anecdótico muestra la falta de procesos de calidad, el juego se glitchea y deja de funcionar si la consola no está configurada en inglés.