Gracias al desarrollo de Painted Black Games hemos tenido la ocasión de probar The Long Reach una aventura gráfica mezclada con un survival horror. Está disponible en PlayStation 4, PlayStation Vita, Nintendo Switch, Xbox One y PC por lo que si de verdad tenéis ganas de haceros con él podéis hacerlo en la plataforma que elijáis. Nosotros los hemos completado en Nintendo Switch por lo que es probable que algunos de los fallos que mencionamos no se den en cualquiera de la otras plataformas.
Los errores científicos nos llevan a la destrucción
El juego desarrolla en Baervox, una ciudad ficticia en donde un laboratorio de científicos está trabajando en un proyecto secreto. Como ya sabemos que es un juego de terror obviamente el resultado de este proyecto sabemos que acaba mal, haciendo que las personas confundan la realidad y se vuelvan paranoicas y agresivas. ¿Cómo acabará la historia?
Hasta aquí puedo contaros sobre ella, ya que el fundamento o el peso grande del juego recae sobre su historia. Esta historia nos la narrarán tanto del presente actual como del pasado para explicarnos y tener constancia de lo que está ocurriendo, y cual ha sido el motivo que ha llevado a esa situación. Cuando tomemos el control de nuestro personaje se nos plantearán diversas preguntas y según lo que respondamos haremos que los personajes se comporten de una forma u otra. Aunque todas estas decisiones no afectarán sobre su final.
No estamos a salvo
La mecánica principal del juego es la de una aventura gráfica por lo que nuestro objetivo es ir buscando objetos en las diferentes localizaciones para poder usarlos y avanzar. Sabremos que hay un objeto para conseguir o interactuar porque este se iluminará, por lo que no hay problema para saber si nos hemos dejado algún objeto. Para hacer interesante nuestra búsqueda tenemos que estar alerta frente a los «afectados» que intentarán acabar con nosotros. La sensación de inseguridad se presentará sobre todo en los primeros minutos ya que no sabemos cuando van a aparecer, de qué forma o como librarnos de ellos. Aunque os puedo decir que no hay forma de matarlos si que hay diversas formas de darles esquinazo.
Todo ello tenemos que hacerlo usando los Joy-Cons o el mando pro ya que no tiene ningún control táctil. Por lo general no cuesta hacerse con los controles ya que son pocos pero pueden resultar un poco incómodos si lo jugamos con los Joy-Cons. Los controles que más vamos a usar son correr pulsando Y, la B para abrir alguna puerta y también la linterna para inspeccionar mejor. Habría estado bien que la linterna hubiera servido para atraer a los afectados así como poder cambiar la configuración de los controles a nuestro gusto.
Los puzles están bien planteados y la mayoría se resuelven sin dificultad pero hay otros que será a base de ensayo y error. Por ejemplo, vamos a tener en ocasiones objetos en nuestro inventario que no van a ser de ningún uso. Esto nos lleva a situaciones en las que vamos a tener que recorrer de nuevo los escenarios una y otra vez hasta dar con la solución por descarte.
Referencias y ambientación muy conseguida
Tenemos un estilo artístico en 2D bastante cuidado y con una muy buena ambientación sobre todo por iluminación que puede provocarnos que no nos atrevamos a cruzar zonas oscuras que se ven acompañadas de ruidos extraños. Además, los escenarios están cargados de detalles y os recomiendo que os paréis a contemplarlos, leerlo todo y escuchar lo que dicen los personajes. En alguna ocasión incluso vamos a poder leer algunas referencias a otros videojuegos. Respecto a su banda sonora no hay ninguna pega ya que ambienta a la perfección, sobre todo si jugamos de noche, y sus sus sonido que están muy conseguidos.
Como pega pondría que en el modo portátil de Nintendo Switch la letra puede resultar un poco pequeña pero es cuestión de acostumbrarse. Sobre su rendimiento no he notado ningún problema pero si que me he encontrado algún bug como que el personaje se vuelve invisible (aunque no para los enemigos) o que se quede bloqueado y no pueda andar y haya que cerrar y volver a abrir el juego. El problema de esto último es que hayamos hecho bastante y esto nos obliga a volver a repetirlo todo.