Xenoblade Chronicles es uno de los JRPG más buscados sin importar la plataforma en la que se encuentre. Su primer lanzamiento en Wii sobre agosto de 2011 marcó a muchos jugadores, siendo un título con un mundo bastante extenso en el que podíamos perdernos cientos de horas. En 2015 pudimos disfrutar de él en Nintendo New 3DS, y aunque era obvio que se veía peor gráficamente, era un gustazo poder jugar a la entrega en cualquier parte.
Ahora en 2020, y coincidiendo con su décimo aniversario desde el lanzamiento en Japón, volvemos a tener este título, Xenoblade Chronicles: Definitive Edition, en una versión en la que no solo han mejorado los gráficos, sino que han mejorado su jugabilidad y se le han añadido nuevas funcionalidades y un epílogo.
La lucha entre titanes
¿Os imagináis que el mundo estuviera sostenido por los restos de unos titanes? Sería difícil de imaginar, pero así es el origen de las tierras que recorren nuestros protagonistas. Todo comenzó con el conflicto de dos titanes, Bionis y Mechonis, que combatieron hasta sumirse en un profundo letargo. Miles de años después, sobre los restos de Bionis, habitan nuevas razas que tienen que hacerles frente a las máquinas que habitan en Mechonis.
Y para poder hacerles frentes estará una espada legendaria con múltiples poderes llamada Monado. Pero no cualquiera puede controlar el poder de la espada salvo unos pocos, y es que el tocar la espada puede acarrear consecuencias. El protagonista principal, y quien empuñará a Monado, es Shulk que, cegado por la venganza, tratará de acabar el conflicto que existe en el mundo, así como descubrir la verdad sobre el origen del conflicto de ambos titanes.
(Podéis conocer un poco más a los personaje en este vídeo)
No os vamos a contar mucho más de la historia, ya que va a ser posiblemente, vuestra principal razón para jugar a este título. Pero, dada la gran presentación inicial con la que se abre el juego, esperábamos que la historia sorprendiese mucho más. Es cierto, que a lo largo de las más de 60 horas de juego (más si hacemos sus misiones secundarias) vamos a ver que el juego tiene una buena narrativa y que toca bastantes temas, como la venganza (ya comentado), el amor o conflictos políticos. Pero a su vez, quizás el querer abarcar tanto, hace que mucho de los giros que tienen lugar sean bastante previsibles. Incluyendo también el ver fácilmente quienes son algunos de sus villanos y las motivaciones de los mismos. Al tratarse de un título con una extensión bastante amplia es posible que llegue un momento en que la historia no quede muy clara, y para ello el nuevo modo Teatro viene a la perfección. Este modo nos permite volver a ver cualquiera de las cinemáticas, e incluso poder personalizar la ropa que llevaban los personajes en ese momento.
El avance a través de la trama se realiza completando misiones. Por un lado tenemos las misiones principales, que son las que van a avanzar la historia, y por otras las secundarias. ¿Podríamos pasarnos el juego sin realizar misiones secundarias? No lo vemos muy factible ya que vamos a necesitar subir de nivel a nuestros personajes, y en la mayoría de las ocasiones nos va a reportar más experiencia y dinero realizarlas. Aunque las misiones secundarias aportan variedad a la historia también puede convertirse en algo tedioso. La cantidad de misiones secundarias que hay abruma y muchas de ellas consistirán en el recadeo, como matar una cantidad determinada de enemigos o recolectar una serie de objetos.
Para ayudarnos en la progresión tenemos a nuestra disposición un mapa, en el cual vienen marcados los objetivos tanto de la misión principal como las secundarias. Incluso podemos marcar algunas de estas últimas y ver más fácilmente dónde están. La verdad es que no se que habríamos hecho sin el mapa, ya que no solo nos ha permitido situarnos, sino que también nos sirve para desplazarnos más rápidamente entre las localizaciones descubiertas.
Algo que no nos ha gustado es que para que te den ciertas misiones tienes que tener a determinado personaje como líder de grupo, por lo tanto, si eres de los que le gusta hacer todo lo posible en el juego (sin tener que mirar guías) es posible que te dejes algunas de ellas. Y es que, algunas misiones solo estarán por tiempo limitado. Son fácilmente reconocibles ya que al lado de su nombre tienen el icono de un reloj. Pero, que aparezca esto no significa tampoco que se puedan realizar en el momento y tengamos que avanzar un poco en la historia. Es cierto que se han mejorado las mecánicas pero detallitos como estos pueden sacar de quicio a más de uno.
Ampliando un poco más la historia
Si no habíais quedado contentos con el final del juego, en esta entrega tenemos el epílogo “Futuros Conectados”. Tiene lugar un año después de los acontecimientos del juego principal y nos otorgará perfectamente unas 15 horas más de juego. Si es la primera vez que juegas, como es normal, es recomendable empezar desde el principio, pero si ya eres un veterano entonces puedes jugar desde el principio.
Después de todo el hype que había con este título esperábamos algo más de este nuevo capítulo. Nos ha gustado poder ponernos en la piel de Shulk y Melia (además de otros personajes) una vez más, pero realmente no nos ha sabido a algo innovador. Aunque la región que tenemos que recorrer es nueva, volvemos a presenciar monstruos conocidos y su sistema de combate ahora es un poco diferente. Nos ha parecido que se ha simplificado un poco y es que algunas de las acciones que teníamos antes han desaparecido (por ejemplo, ahora no podemos ver el futuro y lo que ello conlleva).
Cambios en su jugabilidad
El sistema de combate es una mezcla entre un sistema por turnos y la acción en tiempo real. Se podría decir que es algo parecido a lo que ya ocurría en juegos como Final Fantasy XII. Nuestro personaje se puede mover por el escenario libremente para poder atacar desde la posición más óptima, o en el caso de que fuera necesario, poder huir para evitar una derrota inminente. Por defecto nuestro personaje realizará ataques automáticos, pero también podemos usar habilidades. Estas habilidades no tienen un consumo de puntos mágicos, ni nada similar, sino que tenemos que esperar a que se recarguen para poder volver a usarlas.
Es conveniente, antes de adentrarnos en una batalla, revisar las habilidades que tienen nuestros personajes. Podemos tener habilidades que nos permiten desproteger al enemigo, aturdirlos, o hacer por ejemplo ataques por la espalda. Cada uno de los personajes disponibles tiene como un rol asignado, por lo que podemos ir haciendo combinaciones, hasta dar con el grupo con el que nos sintamos más cómodo.
Cada una de estas habilidades se pueden mejorar para que sean más potentes pero para ello necesitaremos subir de nivel a nuestros personajes y gastar los puntos obtenidos en aquellas habilidades que queramos. Cada una de estas habilidades está limitada a ser subida una cantidad determinada de veces. Para aumentar esta cantidad deberemos comprar libros en los mercaderes (¡preparad bien vuestras carteras!)
Si seguimos hablando de mejoras no hay que olvidar mencionar que podemos mejorar las gemas que engastamos a nuestras armas. Estas se pueden conseguir como recompensa de ciertas misiones o completando la Colecciopedia de los diferentes mapas que vamos a visitar.
(¡No olvidéis cambiar la hora y los personajes para poder realizar vuestras misiones o matar enemigos!)
Algo que resulta llamativo, cuando juegas a este título, es sobre todo este sistema de combate, en el que podemos hacer combos o incluso ver el futuro. Esto es algo muy útil, ya que podemos prever si uno de los ataques de los enemigos puede matar a alguno de los aliados y buscar la forma de impedirlo. Pero claro, en muchas ocasiones para poder impedirlo necesitaremos que la moral del grupo sea elevada.
Todo esto escrito puede resultar un poco confuso, y en parte lo es. En nuestras primeras horas de juego no entendíamos bien el sistema de combate, y en muchas ocasiones realizábamos acciones de mano del azar. Pero conforme aumentan las horas de juego acabaremos pillando todas sus mecánicas y aprovechar tanto los puntos fuertes y débiles del mismo a nuestro favor.
Ayudando en la reconstrucción
(¡Ojo Spoilers!) Llegado a un momento determinado del juego, una de las pocas ciudades que existen en el juego, será destruida por los Mekons y nuestra labor será ayudar en la reconstrucción, así como guiar a algunos ciudadanos de nuevo a Colonia 6. Esta función de reconstrucción, que ya ha sido utilizada en varios juegos como ocurría en Dark Cloud o en Tales of Symfonia, es opcional y progresiva.
(¡No se podrá pasar el avance de la reconstrucción al New Game +!)
Esto es bastante de agradecer ya que, en principio, podemos ir completando cada uno de los niveles que nos proponen (viviendas, comercios, entornos e instalaciones) al ritmo que queramos. Aunque el propio juego también controlará hasta que nivel podemos subir cada uno. Por ejemplo, algunos requisitos solo se podrán conseguir cuando vayamos avanzando en la historia. ¿Y merece la pena ayudar a los habitantes? En cierto modo si ya que tendremos como recompensa una armadura así como otra misión más (¡¿pero cuántas misiones tiene el juego?!)
¡Se incluyen novedades!
Esta entrega para Nintendo Switch vienen con novedades como mejoras en la interfaz que harán que nuestra jugabilidad sea más satisfactoria. Si antes, teníais dudas en si estabais en la posición correcta, o era la habilidad adecuada, se ha solucionado. Ahora la barra de habilidades nos señala con una exclamación la habilidad más óptima a usar.
Si queremos ponernos a prueba el juego nos propone una serie de trofeos internos así como retos en la Arena. Se trata de un portal rojo, que, al acceder, nos propone superar diferentes desafíos. En ellos tenemos que acabar con diferentes enemigos, que nos llegarán en forma de oleadas, en el menor tiempo posible. A estos retos hay que sumarle que podemos tener como restricción usar a determinados personajes para superar el reto. Este añadido es algo, que no esperábamos para nada, y que nos ha parecido interesante, y en momentos, para desconectar del amplio mundo que tenemos por delante.
Para el que le gusten los retos tenemos la posibilidad de bajar niveles con el “Modo Experto”. Hemos estado haciendo pruebas para ver cuán difícil sería ir a zonas bastante avanzadas con bajo nivel y la verdad es que, no ha sido tan desastroso, e incluso le ha dado más diversión al sistema de combate al tener que plantear mejores estrategias. Esto también es un buen método para conseguir más experiencia contra los enemigos. Si por el contrario el juego se nos atraganta también tenemos un “Modo Fácil” que podremos activar desde el menú.
Lavado de cara
El salto gráfico se ha notado bastante en Xenoblade Chronicles: Definitive Edition y es que se han mejorado las texturas, la iluminación y sobre todo los personajes principales están mucho mejor modelados. De hecho, algunos personajes han dejado de dar un poco de miedo tras este cambio. Pero a pesar de todos estos cambios parecen que se han olvidado un poco de los NPCs y es que si ponemos a comparar a estos personajes con los principales se nota.
Igualmente se agradece que en esta versión no se hayan limitado a poner filtros de suavizado y ampliar las texturas. Pero, dónde si parece que han hecho esto o dónde se nota más la diferencia gráfica, es en el modo portátil del juego. No tenemos queja alguna a nivel jugable dónde la tasa se ha mantenido diríamos de forma constante y se ha disfrutado mucho, pero si se echa en falta que se vea un poco mejor o al mismo nivel que se ve en el dock.
Si algo sigue siendo una maravilla para nuestros oídos es su banda sonora. Esta ha sido regrabada para esta versión e incluso se han hecho arreglos en algunas de sus canciones. Aunque es posible que muchos, de los que ya habíais jugado a versiones anteriores, no lo notéis. Pero, para aquellos que si, el juego nos ofrece la posibilidad de escuchar su versión original. Si queremos seguir personalizando este apartado sonoro también se nos ofrece la opción elegir su doblaje entre el japonés y el inglés. Ambas opciones son igualmente válidas, según el gusto que tengáis, aunque en nuestro caso hemos elegido el japonés por encontrar el otro quizás un poco exagerado en algunas situaciones.