Impresiones de PlayStation 5

Impresiones de PlayStation 5

Está siendo un cambio de generación de consolas un tanto atropellado, con escasez de disponibilidad y quizás no demasiados alicientes reales para dicho cambio, pero como hemos podido hacernos con una PlayStation 5 (con lector de discos, siempre en defensa del formato físico), queríamos traeros unas pequeñas impresiones, completamente personales, sobre la nueva consola de Sony.

Y lo primero que hay que decir para quien todavía no la haya visto en directo es que PlayStation 5 es grande, muy grande, quizás excesivamente grande, y muy llamativa. No nos gustaría entrar en debates sobre si todo esto está bien, o mal, o regular, o no está, pero lo vamos a hacer: la única forma de que no acapare la atención en nuestro salón o habitación es que nuestra pantalla sea de 65” o más. Esto tiene una serie de ventajas: es extremadamente silenciosa incluso cuando está bajo una carga gráfica importante y, en teoría, debería ser más fiable a la hora de disipar el calor, dos problemas importantes que vino arrastrando toda la gama de consolas PlayStation 4.

Una vez conectada, las primeras cosas que nos pregunta la consola al encenderla son: ajustar el área de visualización (al fin esto en la configuración inicial, no más interfaces recortadas porque se quedan fuera de lo visible en la pantalla), la configuración del HDR si tenemos una TV compatible, y si queremos transferir los datos de una consola PlayStation 4 anterior. Es un proceso bastante sencillo, aunque la verdad es que tarda un poquito en el momento en que tengamos unos cuantos programas instalados en la anterior consola (aún si solo elegimos transferir los datos guardados y no los programas completos).

Tampoco ha sido todo tan estupendo. Cuando escribimos estas líneas ya se han solucionado, por suerte, los problemas que existían con el uso del modo reposo y los discos duros externos que dieron algunos dolores de cabeza los primeros días, y que aunque no han sido extremadamente frecuentes, sí nos ha ocurrido un par de veces que la consola no se recupere del modo reposo o que no haya forma de sincronizar el mando con la consola. Ahora mismo lo único que ocurre, de tanto en tanto, es que la consola intenta leer el disco sin estar utilizándolo, lo cual asusta un poco porque no sabes de dónde viene el ruido pero en cuanto te pasa una vez pues ya dejas de prestarle atención (no dura más de 10 segundos antes de rendirse y estar callada de nuevo).

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El menú Home muestra lo último que hemos jugado o instalado, el resto de cosas: a la biblioteca de cabeza.

Una vez lo tenemos todo listo, PlayStation 5 nos lanza al nuevo menú home, donde van a parar todas nuestras aplicaciones y juegos una vez instalados. En este sentido, nos sorprende en cierto modo la eliminación de una característica como son los temas dinámicos que encontrábamos en PlayStation 4, ya que ahora la interfaz se basa en una vista preliminar del juego o la aplicación que tengamos seleccionada. Es una decisión que en cierto modo podemos entender, aunque no compartimos, dado que la interfaz es lo suficientemente continuista como para permitirlos. Del mismo modo, tampoco podemos organizar nuestras aplicaciones o juegos por carpetas, sino que nos aparecen en el menú principal por orden de utilización más reciente, otro retroceso en la personalización que esta vez ni siquiera lo podemos comprender.

Dentro de lo que cabe sí hay una mejora dentro de la organización, aunque no compensa la eliminación de las carpetas, pero al menos ahora podemos alternar entre el menú de aplicaciones multimedia y juegos con los botones ‘L1’ y ‘R1’. Esta es la única organización “fija” que encontramos, más allá de las diversas opciones que hay en la pestaña de la biblioteca, ya que el orden que define cómo aparecen las aplicaciones en el menú home es, simplemente, las que hayamos usado más recientemente.

Lo que es todavía más caótico es la PlayStation Store dentro de la propia consola. Hace unas semanas cambiaron el diseño de la web, eliminando la posibilidad de comprar juegos de PlayStation Portable, PlayStation Vita y PlayStation 3, así como la función de la lista de deseados, que algunos (¿o quizás solo yo?) usábamos para tener un acceso rápido a ver qué juegos están en oferta de los que nos interesan.

Bueno, pues parece que era excesivamente complicado llevar esta característica a la Store de PlayStation 5, donde existe esta funcionalidad, pero que encontraremos completamente vacía porque quizás era muy difícil eliminar solo aquellos juegos que no fueran de PlayStation 4 y PlayStation 5 de la lista, pero es que además esta opción no la encontraremos en la versión web de la tienda. Además, la organización y el diseño de la propia tienda en PlayStation 5 están muy poco cuidados: los banners de las ofertas no aparecen, algunas opciones como las de canjear códigos siguen estando ocultas de más, y en general la interfaz no está tan bien organizada como cabría esperar.

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Tenemos varias pestañas en la PlayStation Store, pero las ofertas no están en ninguna.

Aún así, a pesar de estos inconvenientes, sí que hay otras opciones que se han incluido dentro de la configuración de la consola que nos evitarán la frustración de empezar un juego y que las opciones por defecto no sean las que más nos gustan. En particular para el texto y las voces por defecto, la dificultad predefinida y los ajustes de control de las cámaras serán de las opciones que más “miércoles, me toca entrar en las opciones a cambiarlo” nos ahorrarán. Otra opción por defecto que nos ahorrará un buen puñado de tiempo es la de instalar los discos de PlayStation 4 directamente en el disco duro externo, en caso de que tengamos uno, para evitar tener que pasar los más de 90GB de nuestro Final Fantasy VII Remake desde el SSD hasta el almacenamiento externo por un despiste.

Por otro lado, más allá del SSD, desde Sony nos prometían velocidad para su nueva consola, y creemos que esto es algo que cumplen. Navegar por los menús ya no es ni un martirio ni una sucesión de esperas con una pantalla de carga cada dos por tres en nuestro televisor haciendo cosas tan emocionantes como acceder al menú de los datos guardados de las aplicaciones.

Por comparar, en nuestra PlayStation 4 Pro una aplicación como Youtube o Netflix podían tardar aproximadamente 15 segundos en cargar (a veces más, a veces menos, ya sabemos cómo es la informática), mientras que en PlayStation 5 la espera se reduce a un par de segundos, suponiendo que no se nos haya olvidado conectarnos a internet, claro. Igualmente, acceder a la Store o buscar dentro de ella tampoco nos llevará nada de tiempo, parece que esté programada dentro del menú de la consola, y no estaremos media hora para cargar cualquier resultado que queramos ver dentro de la misma, siendo incluso más rápida que la versión. Por otro lado, ya era hora, bonicos.

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Al fin evitaremos morir a la primera por no haber comprobado las opciones de dificultad.

Otro sitio donde se nos prometía velocidad era en los juegos, ya sabéis: cargas rápidas, nada de esperas, transiciones fluidas. Pues lo cumplen, vaya si lo cumplen. Quizás encender la consola desde el apagado total hasta entrar en una partida de Demon’s Souls no nos parezca sorprendentemente rápido (que en realidad sí que lo es porque quizás nos puede llevar unos 25-30 segundos), pero dentro de los juegos la diferencia es abismal. Sin dejar de lado Demon’s Souls, lo que tardamos en guardar la partida saliendo al menú principal y volviendo a cargarla son apenas 4 segundos, y el cambio entre zonas dentro del juego se produce en menos de tres.

Lo mismo ocurre en Astro’s Playroom, donde cambiar de una zona del mapa a otra no nos va a llevar más de 2’5 segundos. Esta rapidez se nota especialmente en el remake hecho por la gente de BluePoint, un juego en el que por circunstancias de diseño puede ser bastante normal tener que recargar una zona una y otra vez, y ya que al menos no somos extremadamente buenos, nos quita la frustración de tener que estar esperando veinte segundos cada vez que rodamos sin querer por un precipicio.

Ahora en otro tipo de velocidad: por lo que hemos podido probar, las descargas que hagamos directamente al SSD de PlayStation 5 llegan a velocidades mucho mayores a las que estábamos acostumbrados (al menos con nuestra conexión inalámbrica de 500mbps), incluso por redes inalámbricas, lo cual se agradece y a la vez es un alivio porque el problema venía de lejos en el tiempo. Las descargas a discos duros externos estarán limitadas por la velocidad del disco, en nuestro caso la media de velocidad de descarga oscilaba entre 15 y 20 MB/s, lo que sigue siendo superior a la velocidad que llegaba a alcanzar en nuestro caso la PlayStation 4 Pro. Y por último, pero no menos importante: las cargas y transmisiones a redes sociales desde la nueva consola también son notablemente más rápidas.

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Otra configuración esencial para los que tengan amigos de compartir fácil.

Hablemos un poquito del DualSense, tanto por fuera como por dentro. En cuanto a diseño, se siente más de una evolución del DualShock 4 que una revolución: es un poco más grande (lo cual nos da la impresión de que lo hace más cómodo), los materiales parecen de mejor calidad, se ha rediseñado la iluminación y se ha añadido un botón para silenciar y encender el micrófono que lleva incorporado. Los sticks siguen en la misma posición simétrica, pero parece que son un poco más resistentes que los del anterior mando, aunque esto todavía no lo podemos saber.

Una función que funciona sorprendentemente bien es la de usar el mando para comunicarnos con nuestros amigos, sin auriculares ni micrófono adicionales, y no solo con mensajes de texto gracias a la función de dictado, sino también a que para el chat de voz se escucha sorprendentemente claro. No es que podamos dejar el mando en medio del salón y vayamos a escuchar todo y nos vayan a escuchar a su vez con un sonido angelical, pero es bastante útil para participar varias personas a la vez en el chat de voz si están en una misma habitación sin dejar de escuchar lo que ocurre en pantalla, y sobre todo, para no tener que conectar ningún micrófono.

También podríamos hablar de todo lo que ofrece a nivel de transmisión de sensaciones al usuario, lo cual se demuestra perfectamente en Astro’s Playroom básicamente porque está diseñado expresamente para ello (además de ser un gran juego), pero mucho nos tememos que este juego vaya a ser una (o “la”) gran excepción dentro del catálogo de PlayStation 5 por el uso que hace del DualSense, y no sabemos si quizás sea mejor así. Nos explicamos: aunque aprovecha todas y cada una de las funcionalidades y consigue con ellas un juego muy completo, una obra maestra en miniatura, lo cierto es que probablemente la única funcionalidad que pueda ser cómoda de implementar, más allá de la vibración (que es cierto que es muy superior ahora) es la de los gatillos.

Sinceramente, la posibilidad de que los propios gatillos vibren al disparar y que nos hagan apretar más o menos los dedos dependiendo de la acción que estemos llevando a cabo, va a ser probablemente la más usada por la sensación que da al jugador, pero siendo realistas, otros gimmicks como usar el micrófono incorporado para soplar, el control por movimiento o de nuevo el panel táctil es probable que queden en desuso a partir de unos meses en cualquier juego que no sea un first party de Sony.

A pesar de ello, nuestra opinión es clara: la espera ha merecido la pena, las capacidades técnicas de la consola prometen lo suficiente como para aguantar unos cuantos años (no tenemos claro si los suficientes para que no exista una hipotética PlayStation 5 Pro), y ahora solo nos queda esperar que los estudios se acostumbren a la nueva máquina y nos permitan ver cosas que, hasta ahora, creíamos imposibles. Vamos a ilusionarnos.