Parece que nos hemos aficionado a los beat ‘em up en esta casa, porque tras nuestro análisis de The Friends of Ringo Ishikawa os traemos el análisis de la obra más reciente de WayForward, River City Girls, un juego con mucha personalidad con la bendición de Arc System Works que está dispuesto, ante todo, a divertirnos.
Poniendo un poco de contexto, el juego es un spin-off de la saga Kunio-kun, veterana donde las haya con más de 30 años de entregas y que adquirió popularidad sobre todo tras la publicación de su tercera entrega, River City Ransom, en 1990.
El sistema de juego no podría ser más clásico: controlamos a Kyoko o Misako, nos movemos por las diferentes pantallas apaleando a nuestros enemigos con nuestras técnicas o con cualquier objeto que tengamos a nuestro alcance, machacamos a los jefes de final de sección, avanzamos, repetimos.
A medida que avanzamos, cada una de las protagonistas tendrá su propio nivel y atributos, es decir, no comparten experiencia, como tampoco comparten el propio set de movimientos aunque algunas acciones sí sean compartidas (como las de pisar a los rivales que estén derribados). Básicamente usamos cinco botones de acción: golpe rápido, golpe potente, golpe especial, salto y protección. Con eso ya estaría: dependiendo del contexto y de las combinaciones de botones podremos acumular una cantidad de movimientos bastante decente, aunque tendremos que desbloquear muchos de ellos con el dinero que obtendremos de nuestros enemigos o de completar misiones. La lista de movimientos, por suerte, la podemos consultar en el menú de pausa en cualquier momento, por lo que no tendremos que memorizar mucho.
Además, como en otros juegos de la saga (al menos, que servidor sepa, desde River City Ransom) se pueden conseguir subidas de las estadísticas comprando y consumiendo, en el momento o desde nuestro inventario, objetos comprados en las diferentes tiendas repartidas por River City. Eso sí, solo obtendremos una subida de estadísticas una vez por cada objeto, el juego se preocupa por el consumo responsable de bebidas, alimentos y otros objetos (curiosamente los videojuegos nos reponen la salud al 100% y nos suben mucho las estadísticas, ¡hurra!), y también nos limita la cantidad que podremos llevar, aunque los espacios de inventario se irán ampliando a medida que avancemos en el juego.
También podemos equipar accesorios que nos proporcionan diversas ayudas, como mayor tiempo de invencibilidad, mayor daño a ciertos tipos de enemigos o mejoras de las armas, por decir algunas cosas, y para esto sí tenemos un inventario infinito porque la verdad es que hay muchos, y dado que el inventario no es compartido, podríamos acumularlos todos con una de las dos protagonistas si queremos.
Otro aliciente es poder jugar en cooperativo, eligiendo entre cooperativo amistoso y con “fuego amigo”, donde tendremos que llevar un poco de cuidado si los personajes tienen niveles muy distintos, pero donde la diversión aumenta mucho aunque pueden peligrar las amistades. En cualquier caso, es un modo adicional que se agradece, y que es un pasito extra en cuanto a rejugabilidad.
Queremos hablar también de un personaje que conoceremos cerca del inicio del juego, Godai, que sirve como alivio cómico (si eso puede existir en un juego de este tipo) y que aparecerá de ciertos contenedores de residuos (sí, en serio) para darnos misiones secundarias que normalmente podremos completar a medida que avanzamos por la aventura sin desviarnos en exceso, con algunos objetivos curiosos. Lástima que no aparezca más veces. También tendremos la opción de destruir una serie de estatuas “ocultas”, aunque algunas simplemente están a la vista en el escenario. Todo ello nos permitirá ganar experiencia extra y algunos accesorios especiales, alargando un poquito la experiencia si queremos, pero tampoco se convierte en algo imprescindible para poder superar el juego.
Para que podamos variar la forma de jugar, también encontraremos otros desafíos y opciones de rejugabilidad. Tenemos para elegir desde el mismo comienzo entre el modo normal y el modo difícil, pero también podremos desbloquear personajes adicionales cumpliendo ciertos requisitos, así como acceder a un modo Nuevo Juego + cuando terminemos la partida, en el que también se aumenta la dificultad, pero seguiremos con los personajes tal como los dejamos.
Algo que nos ha parecido curioso (aunque en los momentos decisivos no suele tener mucha utilidad) es que podemos reclutar asistentes para que aticen, de vez en cuando, un golpe a los rivales y les hagan daño o les aturdan. Podremos reclutar solo al último enemigo de cada zona, que tras derribarlo existe la posibilidad de que nos pida clemencia y en ese momento podremos seguir apalizándolo o pedirle que se una a nosotros. Solo podremos tener un recluta, por lo que tendremos que pensar bien en los rivales que derrotamos para quedarnos con el que nos interesa a final del combate, y también tendremos que tener algo de cuidado en no sustituirlo sin querer. También nos parece extraño que no se incluya ningún tipo de personalización de controles, ya que con el esquema que han planteado los desarrolladores resulta incómodo realizar algunos movimientos que por otro lado resultan extremadamente útiles a la hora de acabar con algunos enemigos.
Para acabar, como siempre, hablemos un poquito de cosas técnicas. La estética pixel art está muy bien llevada: es bastante evidente que se han cuidado los diseños y las animaciones, las expresiones de los personajes son muy llamativas, los escenarios tienen bastante detalle y bastantes detalles y guiños a otros juegos de la saga… y el método usado para contar la historia, más allá de las conversaciones que mantienen las protagonistas mientras superamos pantallas, está muy bien llevado: tiras de cómic particularmente graciosas o escenas introductorias de los personajes con un estilo de dibujo animado molonas son cosas que encontraremos en el desarrollo de la aventura.
El sonido, por otro lado, es sorprendentemente bueno y variado. Temas musicales de varios estilos, algunos vocales, algunos con guiños a entregas anteriores; sonidos que recuerdan a otra época pero que son perfectos para el estilo visual elegido, y un doblaje muy acertado tanto en reparto como en interpretación. Es un apartado que quizás podrían haber descuidado, pero nada más lejos del resultado final, que es ciertamente agradable y no cansa nada, pese a que vamos a repetir las mismas acciones una y otra vez. Por último, una pequeña nota para la traducción al castellano, y es que resulta especialmente graciosa y está bastante bien adaptada del inglés.