Hoy es uno de esos días que nos gusta poder hablar sobre juegos, que, a pesar de no pertenecer al territorio nipón, merecen que se les eche un vistazo. Hablaremos de Shantae, el primer título desarrollado por WayForward para Game Boy Color que ya está disponible para Nintendo Switch. Nos gustaría recalcar que es gracias a este lanzamiento que toda la saga de Shantae está disponible en la misma plataforma.
Shantae – ¡Medio genio al rescate!
La primera entrega de Shantae nos mostraba a una chica durmiendo tranquilamente en su casa cuando de repente unos sonidos extraños la hacían despertar. Estaban asediando Scuttle Town, y como guardiana de la ciudad, su deber es protegerla. Es así como descubriremos que la villana de este juego se llama Risky Boots, y que está lanzando cañones a la ciudad y mandando a su tripulación para sembrar el caos para así poder robar la máquina de vapor de Mimic. Será importante ir tras ella ya que podría crear un arma terrible que le permitirían gobernar los siete mares.
Aunque la historia se disfruta y lo más viciante es su sistema de juego hay que tener en cuenta que este primer juego de la saga salió en 2002. Desde su lanzamiento la saga ha evolucionado a mejor, no solo por cómo se enfoca la historia sino por la evolución de los personajes. En el Shantae original aún no se habían asentado ciertas relaciones entre los personajes y el que quizás os pueda sonar desde el primer momento es Mimic. En esta ocasión no es el tío de Shantae y alguno de los otros personajes principales les falta aún carisma.
Sentando las bases
Para quien no haya jugando nunca a la saga estamos ante un metroidvania en el que podemos saltar y realizar ataques básicos gracias a nuestro pelo. Habéis leído bien, nuestra protagonista usa su pelo como arma para acabar con los enemigos, pero no es lo único que puede hacer. En las tiendas podemos hacer que nuestra protagonista sea en cierta medida más fuerte. Aunque en este título no podamos comprar mejoras para el cabello sí que tenemos consumibles como los viales para recuperar nuestra vida o la bola pincho.
En la jugabilidad no hay que olvidar mencionar las transformaciones que podemos ir adquiriendo conforme completamos las mazmorras. Estas trasformaciones nos permitirán acceder a lugares que antes eran impensables o incluso romper estructuras para acceder a zonas nuevas. Esta mecánica, que se ha conservado a lo largo de toda la saga, se incluyó de una manera bastante original, ya que había que hacer que Shantae se pusiera a bailar para luego introducir una combinación concreta. Tenemos que confesar que tardamos en averiguar bien como se hacía ya que en versiones posteriores bastaba con presionar algún gatillo y elegir la forma que queríamos.
A pesar de las limitaciones que tenía Game Boy Color este juego supo aprovechar bastante la consola. Por ejemplo, este juego tiene un detalle que no recordamos haber visto en los otros juegos de la saga: el ciclo de día y noche. Este ciclo, que a priori puede parecer que es simplemente estético, nos sirve para poder recoger las luciérnagas que hay esparcidas por los escenarios (aunque no es el único coleccionable del juego). Una vez tengamos una determinada cantidad recibiremos una recompensa por ello. Pero también es malo que llegue la noche ya que los enemigos serán más resistentes.
La dificultad de este juego, aunque dependerá en cierta medida de nuestras habilidades, va a ir aumentando de forma gradual. Cuanto más tiempo pasemos jugando mejor será nuestro dominio, pero es posible que si tenéis frescos los controles de juegos posteriores os cueste incluso aún más. Nos ha pasado que hemos echado en falta la agilidad a la hora de realizar los saltos entre las plataformas o incluso atacando.
Y un aspecto que hemos echado en falta si o si ha sido un mapa. Es cierto que podemos ver los mapas en la galería de arte, pero poder consultarlo directamente en el juego habría hecho mucho. Nuestro avance por el mapa va a depender totalmente de nuestra memoria y que hayamos ido apuntando detalles a la vieja usanza. Así que, si habéis pasado bastante tiempo sin jugar, es probable que no sepáis que es lo qué tenéis que hacer a continuación o hacia donde dirigiros.
¿Qué trae nuevo?
Lo principal que hay que saber de este juego es que es un port y no una versión remasterizada o un remake. Pero, aunque sea un port, no quiere decir que no traiga novedades. Entre ellas, y la principal que nos sacará de un apuro en más de una ocasión, es la posibilidad de poder guardar en cualquier momento. Esto no quita que habría estado genial que en esta versión hubieran añadido mejoras.
También nos han añadido dos versiones diferentes: por un lado, la versión de Game Boy Advance y por otra la versión de Game Boy Color. ¿Qué hay de diferencia? Realmente el cambio se basa en los colores, que los controles reaccionan un poco mejor en la versión de Game Boy Advance y que también en esta versión que hemos mencionado se incluye una transformación adicional en murciélago. Por lo demás no hay ninguna diferencia más ya que en las dos versiones podemos aplicarle unos cuantos filtros.
Respecto al rendimiento no hay nada que objetar en este juego es un port que se ha realizado a la perfección y que nos deja con ganas de poder jugar a más juegos como este en nuestra Nintendo Switch. Esperemos que más compañías como WayForward se animen y sobre todo poder disfrutar de pequeñas joyas como este primer Shantae.