La primera vez que salió este plataformas de vista lateral, Umihara Kawase Shun, fue a comienzos del año 1997 en Japón, donde vio la luz para PlayStation. Pero este título ha vuelto a salir con algún que otro contenido extra, Umihara Kawase Shun ~Second Edition~ también fue lanzado para PlayStation en el 2000, en 2008 para PlayStation Portable con Umihara Kawase Portable, en 2009 para Nintendo DS con Umihara Kawase Shun ~Second Edition~ Kanzenban, que incluía el original Umihara Kawase. También llegó a Playstation Network hace 3 años, pero hoy vamos analizar su versión de Steam lanzada hace unos días.
Este título, sin contar versiones, se establece como el segundo juego de la franquicia, lanzado tres años después que el original Umihara Kawase de Super Nintendo. Al haber jugado antes a otras versiones, es difícil no comparar conceptos entre los títulos, por lo que recomiendo la lectura de los análisis de las otras entregas (y jugarlas obviamente).
¿Esto cómo iba?
Lo primero de todo es que podremos enchufar nuestro mando favorito y configurarlo fácilmente, al igual que con las otras entregas, desde la misma ventana del juego. Solamente necesitamos conocer y sobretodo, dominar dos botones, saltar y lanzar el sedal. Aparte como es normal podremos movernos izquierda y derecha, y habrá botones para lanzar el sedal en diagonal, aunque también se puede hacer con la cruceta de dirección, eso ya es cuestión de gustos o de habilidad.
Esta entrega se compone de 50 “pantallas”, donde la primera sigue siendo el número 0, y también faltan algunos números, dado que la última pantalla es la número 55. Al igual que las otras entregas, el objetivo es cruzar las puertas hasta llegar a un final, y en algunos escenarios habrá más de una puerta.
Cuando empecemos el juego nos darán ocho vidas (aunque siempre nos parecerán pocas). Pero no os preocupéis (bueno, en verdad sí), porque se pueden recoger unas mochilas rosas que nos añadirán uno a nuestro contador de vidas. Aunque quizás no nos conviene arriesgarnos en su obtención ya que, si la conseguimos y no llegamos a salir del nivel, al volver a empezar, no estará de nuevo la mochila. Hay que ir con mucho ojo y mucha más paciencia para cogerlas.
Al finalizar “x” niveles, nos darán un “Continuar” adicional, lo que significa que cuando nos quedemos sin vidas realizando un nivel, nos volverán a dar otras ocho vidas como si empezásemos de nuevo el juego, pero con la ventaja de estar en el nivel en que nos hayamos quedado.
Mucha práctica será necesaria
Al abrir el menú desde el juego, vemos que el diseño es muy parecido al que aparecía en Sayonara Umihara Kawase, podemos guardar las repeticiones de los niveles que hayamos jugado previamente y cambiar las opciones (la música y los efectos vuelven a aparecer muy bajitos). Lo más interesante de la pausa, es que en todo momento podemos ver en qué nivel estamos respecto a los ya desbloqueados.
Al igual que la primera entrega de la saga, entre niveles, aparecerá una pequeña animación, mostrando como nuestra protagonista supera cierto obstáculo, para enseñarnos como hacerlo luego nosotros.
También dispone de un modo práctica para los niveles donde nos quedemos más atascados (una vez hayamos llegado a ellos claro). Es una muy buena opción ya que no perderemos vidas (porque no hay en este modo), y necesitaremos practicar ciertos movimientos para alcanzar todas las plataformas, la paciencia es algo obligatorio si queréis completar el juego. Como pensaréis, el pasarse un nivel en este modo, no desbloqueará el siguiente nivel, para eso tenemos que jugar al modo principal.
Curva de dificultad apretada
Al realizar los primeros niveles pensaremos que el juego no es tan difícil como nos habrían podido avisar, pero lo es, si te confías. La gracia del título es la dificultad y las múltiples situaciones en las que nos pondrán, donde simplemente con nuestra caña de pescar debemos de superar.
Seguramente muchos jugadores se aburran al morir por 24º vez, pero ahí reside la magia del juego. Puede no ser para todo el mundo, pero si estamos buscando un autentico reto, este lo será. Muchas veces pensaremos que es injusto, no solo por la exactitud con la que hay que lanzar el gancho, o por las plataformas y su ubicación, o los pinchos, etc, también tendremos que tener cuidado con los enemigos.
Aparte de la fauna marítima que aparece en los niveles (los enemigos serán desde carpas a calamares), puede aparecernos más alrededor nuestra, y si no estamos lo suficientemente atentos perderemos vidas a lo tonto. Nos aturdirán, nos empujarán, y nos matarán con solo tocarnos. Nuestra protagonista no está a salvo por los escenarios, así que solo nos queda armarnos de paciencia y superar todas estas pruebas.
Como en las otras entregas, tendremos jefes, donde tendremos que variar nuestra manera de “avanzar” por ese nivel. Pero al menos será cosa de ensayo y error, el problema son la cantidad de vidas que tengamos y la cantidad de errores que cometamos.
Respecto a los logros del título, tenemos un poco de todo. Los clásicos de acabarse todo y desbloquear niveles, puertas y ese tipo de cosas, y otros más concretos como acabarse el primer nivel en menos de 10 segundos, hacerse varios niveles sin tocar el suelo, etc.
Ahora la ambientación en 3D
Gracias a la potencia superior de PlayStation, las plataformas en el juego han pasado a ser en tres dimensiones, pero Kawase y los enemigos siguen siendo sprites. Aunque no es un punto negativo que no todo esté realizado en tres dimensiones, tiene un acabado especial. Los sprites parecen estar dibujados a mano y pintados con lápices de colores.
Todos los escenarios están bien ambientados con objetos gigantes de la zona en la que estemos, todo muy japonés obviamente, con fondos de fotografías que no rompen el resto del diseño.
La música corre a cargo de Shinji Tachikawa y Atsuhiro Motoyama, como en el resto de la saga, presentan perfectamente melodías pegadizas y contribuyen a redondear la ambientación del título. Si habéis jugado anteriormente a Sayonara Umihara Kawase, os sonarán ya que tenía melodías del resto de la saga. Y como se dijo también, dependerá de las veces que os maten, que odiéis o no, la banda sonora.