Hemos estado jugando estas últimas semanas al que de momento es el lanzamiento más reciente en Occidente de la saga Neptunia de Idea Factory, que es Cyberdimension Neptunia: 4 Goddesses Online, un cambio de aires de la franquicia que cambia la fórmula más tradicional del JRPG por una jugabilidad de action RPG, muy cercana a los hack ‘n’ slash, pero sin perder los toques característicos de la franquicia.
Beta Goddesses
El motivo que nos introduce en la historia del juego es un tanto peculiar, pero cumple perfectamente el cometido de plantarnos ante una forma diferente de jugar con las diosas de Gamindustri. En esta entrega, las diosas Neptunia, Noire, Blanc y Vert participan como beta testers en la nueva versión del MMORPG “4 Goddesses Online”, al que Vert está enganchada en otras entregas de la serie (y es una de las mejores jugadoras). La premisa sirve a dos objetivos: el obvio, es para plantear la historia en unos términos en los que ya sabemos que no van a ser excesivamente dramáticos, y el que tan pronto como pasamos a la acción podremos comprobar, que es que las cuatro diosas forman una party perfecta para explorar el mundo de este MMO ficticio.
Las diosas no serán los únicos personajes jugables, ya que a lo largo de la historia podremos encontrarnos con más habitantes de Gamindustri, y aunque para evitar spoilers no diremos el número de personajes controlables, sí podemos decir que es un número bastante generoso. Cada personaje que se incorpore al elenco de seleccionables podremos seleccionarlo tanto como miembro del grupo de 4, como controlarlo directamente dentro de este grupo, asignándolo como líder del mismo. Dado que cada uno tiene una clase distinta, la clave para no acabar K.O. y que nos teletransporten a la ciudad (perdiendo el progreso de la mazmorra, pero manteniendo todo lo que hayamos conseguido) será conseguir un grupo equilibrado, con personajes de apoyo y de ataque, físico o mágico.
Como decíamos, las diosas y todos los personajes que encontraremos son o bien NPCs, o bien beta testers del MMO “4 Goddesses Online” antes de su nueva etapa (por hacer un símil, como si hubiéramos sido testers cuando Final Fantasy XIV pasó a ser A Realm Reborn), por lo que la historia que seguiremos será la misma que seguiría este MMO ficticio, si existiera. Como excusa para sacar adelante el juego cumple a la perfección, y psicológicamente nos hace afrontar el juego de forma que tendremos siempre presente que estamos en este mundo para jugar a un RPG masivo.
Alsgard Online
Y como en todo MMORPG que se precie, encontraremos muchas cosas que hacer. De lo primero, prácticamente nada más llegar a la ciudad de Wishuel, será ir a la casa de los gremios, donde podremos recoger misiones con las que obtener Bells (la moneda de Alsgard) y otros objetos consumibles, pero también donde recogeremos las misiones que harán avanzar la historia. Podremos aceptar varias misiones a la vez y cumplir el objetivo de varias de ellas simultáneamente, ya que normalmente consisten en eliminar enemigos u obtener materiales de alguna zona determinada, aunque si bien tenemos cierta libertad, lo cierto es que se nota un progreso un poco más lineal de lo que sería deseable en un RPG. En parte, también, porque las misiones que podemos obtener están limitadas por el rango que hemos alcanzado en la Guild House, cuyo incremento depende básicamente del desarrollo de la historia principal.
En la ciudad también podremos hablar ocasionalmente con distintos personajes conocidos de Gamindustri, desbloqueando escenas que nos contarán bien cosas triviales sobre los personajes o su trasfondo, o bien darán paso a las secciones de progresión de historia (antes o después de recoger una misión de la Guild House), por lo que encontraremos gran cantidad de texto a lo largo del juego. Quizás esto es lo que más sorprende, la cantidad de texto, ya que no es habitual encontrar tanto en un action RPG / hack ‘n’ slash, por lo que tener que navegar por la ciudad para hablar con todos los personajes se antoja muy impropio del género y, quizás, puede llegar a ser un poco molesto si las leemos todas.
Por supuesto, en la ciudad no podían faltar los edificios más típicos, que sirven para abastecernos de prácticamente. Encontramos la tienda de consumibles, objetos que tienen un papel importante si queremos avanzar rápido por las mazmorras (sobre todo, aquellos que nos permiten recuperar los puntos especiales, que se consumen al usar habilidades). Más adelante accederemos a la tienda de armas, armaduras y gemas, objetos equipables que nos otorgan diversos beneficios (aumento de experiencia obtenida o de un % de determinada estadística), de las que podremos equipar hasta tres distintas. Tampoco podía faltar el herrero, para mejorar el equipo con los materiales que consigamos en las mazmorras (y a cambio de un módico precio) y, siendo un juego con tanto fanservice (completamente autoconsciente) como son con carácter general los de la saga Neptunia, tenemos la tienda de moda, en la que adquirir nuevos modelitos para los personajes.
En la ciudad también podremos acceder al tablón de anuncios, lugar en el que podremos entrar a una sala para reunirnos con otros jugadores y así entrar de lleno en el mundo de 4 Goddesses Online… o al menos, ese es el propósito, ya que lamentablemente no hemos podido encontrar ninguna partida online mientras analizábamos el juego (aunque ello puede deberse, con mucha probabilidad, a que todavía no están habilitadas las funciones online para nuestra región). Esto puede dar un poco más de dinamismo al juego, aunque se limitará, por lo que nos explican, a realizar misiones de nuestro rango de gremio con otros jugadores, para conseguir más objetos y materiales de mejora de equipo.
Recorriendo el mundo
Como estamos en un RPG, es vital que las estadísticas de los personajes vayan mejorando con el tiempo, no solo mediante la mejora de su equipo, sino subiendo de nivel y aprendiendo habilidades. No obstante, lo que en cualquier MMO sería una parte muy importante, en este juego está bastante limitado, lo cual nos puede “sacar” un poco de esta ilusión de estar jugando un MMO para un jugador en forma de action RPG. Dado que cada personaje tiene su clase predefinida, las estadísticas subirán de forma automática al subir de nivel (y de forma no muy abultada), pero además sus habilidades también progresarán siguiendo un orden fijado de antemano. No encontramos, por tanto, ningún árbol de habilidades, sino que cada personaje irá aprendiendo nuevas técnicas a medida que sube de nivel.
Estas técnicas las asignaremos a dos sets de skills para cada personaje, que usaremos en combate mediante la combinación del botón ‘L1’ con uno de los cuatro botones principales. Como es obvio, dependiendo de la clase del personaje que controlemos tendremos acceso a distintos tipos de habilidades (Vert, por ejemplo, es extremadamente versátil y muy útil cuando la controlamos nosotros directamente, ya que posee tanto técnicas de ataque físico y mágico como de curación y apoyo), cambiando fácilmente entre los dos sets de habilidades pulsando ‘arriba’ o ‘abajo’ en el D-Pad.
La parte RPG del juego está elaborada de forma más o menos solvente, sin demasiada complejidad, pero la suficiente como para tener que formar un grupo equilibrado o con ventaja en una determinada mazmorra para poder sobrevivir, lo que nos llevará a usar diferentes combinaciones de personajes. No obstante, hay una decisión que lastra un poco esto y puede que consiga que nos fijemos un grupo y lo mantengamos hasta el final: la experiencia no se reparte entre todos los personajes del elenco, por lo que si en algún momento queremos formar un grupo que tenga todos los personajes con una determinada preferencia (por ejemplo, daño mágico), lo más probable es que nos encontremos con que uno de ellos tiene un nivel tan bajo que nos hará desistir de usar la estrategia que habíamos pensado.
La parte action, sin embargo, no llega al nivel de la parte RPG. Los combates pueden tener algunos fallos menores (problemas de ajuste de cámara, de hit boxes, etc.), pero el más importante es que muchos de ellos carecen de emoción. Tan solo los combates contra jefes son algo más desafiantes, obligándonos a usar las esquivas (con ‘L2’) para los bloqueos (‘R2’, aunque bloquear en el momento justo del impacto nos permitirá hacer contraataques), y quizás estar más al tanto de nuestra barra de vida, ya que si eliminan al líder y no se resucita en unos pocos segundos, nos devolverán a la ciudad. Teniendo en cuenta que es un juego en el que el combate es prácticamente el 50% del juego, que tan solo unos pocos supongan un reto es un poco decepcionante.
Lo que vemos y lo que pensamos
Como veréis, no hemos hablado del apartado visual y sonoro, pero en realidad tampoco hay mucho que añadir al respecto: los gráficos son exactamente lo que podéis ver en las capturas, funcionando a 60fps (aunque alguna ligera caída se aprecia en momentos puntuales), con un apartado artístico similar al de otras entregas de la saga. Las composiciones musicales, sin ser sobresalientes, acompañan bastante bien las distintas fases y lo que que muestra en pantalla, cumpliendo su papel, pero tampoco hay ninguna pieza especialmente destacable. El diseño de sonido, sin embargo, es un poco más molesto, por repetitivo: las voces en combate son excesivas y los efectos de sonido demasiado numerosos, por lo que quizás sea mejor idea bajar el volumen de estos dos apartados para dar énfasis a la música – yo, al menos, lo hice a la media hora de partida.